La prohibición comienza a regir también para autoservicios de venta de alimentos y bebidas; hay quejas del sector; la Ciudad busca promover el uso de envases reutilizables.
Llegó el día del adiós definitivo a las bolsas plásticas livianas del tipo “camiseta”; esas que el consumidor porteño suele pedirle al cajero para guardar los productos que acaba de comprar. Desde pasado mañana, los súper, hipermercados y autoservicios no podrán proveer esos elementos a sus clientes.
Así lo dispuso el Gobierno porteño mediante la resolución 341/16, publicada en el Boletín Oficial hace cuatro meses. La iniciativa tiene como objetivo minimizar las consecuencias negativas que generan las bolsas de polietileno en la naturaleza y la infraestructura de la ciudad. “Es una gran noticia para los vecinos para el medio ambiente, dijo Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño. Principalmente, porque muchas veces las bolsas terminan tapando los sumideros y afectando a la flora y la fauna acuáticas. Un tercio de los residuos recolectados durante la limpieza de los arroyos entubados son bolsas plásticas, que en los túneles pluviales aliviadores suelen formar diques que perjudican el desagote del agua. La situación se vuelve crítica cuando llueve, porque provoca anegamientos.”
Consultados sobre la medida, algunos de los súper e hipermercados más concurridos dijeron que desde hace algunas semanas reforzaron la comunicación en los distintos puntos de venta. “Desde el 1° de noviembre comenzamos a informar en las sucursales por medio de audios y afiches, para que los clientes comprendan el cambio y recuerden que deben traer su propia bolsa”, señalaron desde Carrefour. Y agregaron que, como medida de contención, ya que suponen que habrá muchos clientes desprevenidos, habrá distintas opciones para comprar bolsas reutilizables. “Pondremos a disposición más variedad de tamaño, diseño y precios. Tenemos opciones que van desde los $ 5 hasta los $ 25.”
En Walmart, además de acciones de comunicación para promover el uso de bolsas propias y changuitos, durante enero se podrán adquirir bolsas promocionales, de tamaño reducido, a $ 2,50, con el fin -según dicen desde la firma- “de ayudar al cliente en la transición”.
Desde la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), su director, Juan Vasco Martínez, se expresó en contra de la iniciativa. “La bolsa es un servicio indispensable, y con esta medida se perjudica sobre todo a la gran cantidad de población flotante que llega todos los días a la ciudad, que pasa entre ocho y diez horas de su jornada y hace sus compras diarias en los comercios porteños. Además, desde la entrada en vigor del cobro de las bolsas plásticas se logró reducir la entrega en un 70%”, dijo.
“Tampoco -agregó- tienen en cuenta que el 75% Cheap NFL Jerseys de las bolsas plásticas verdes y negras que hoy se dan en los comercios se reutilizan, ya sea para tirar los residuos hogareños o para otro uso doméstico.”
Por otra parte, Vasco Martínez aseguró que la normativa, en su artículo 2, “entiende por bolsa no biodegradable liviana aquella bolsa de polietileno inferior a 50 micrones de espesor, comúnmente denominada de un solo uso o tipo camiseta. Con lo cual, a partir del 2 de enero muchos de los comercios que hoy entregan bolsas de un espesor de 18 micrones cheap jordan se adaptarán a los nuevos requerimientos, pero no dejarán de vender sus bolsas: lo harán a un precio mayor”.
Los vecinos
Para Florencia Bauzá, una vecina del barrio de Saavedra, la medida es buena con respecto a la sustentabilidad, pero desde el punto de vista práctico generará varios trastornos a los consumidores. “En el caso de hacer una compra grande, ¿cuántas bolsas mías tendré que llevar en la cartera para sống trasladar las cosas del carrito al auto? Y en el servicio de delivery, ¿tampoco habrá bolsas? En mi casa las bolsas del súper se reutilizan para la basura, con lo cual ahora se me generará un gasto extra.”
Charly Lin, que trabaja cheap nfl jerseys como encargado en un supermercado chino, está a favor de la medida. “Es mejor que los clientes vengan con su propia bolsa. A veces se complica para cobrarla porque la gente pide otra bolsa a último momento y como cuesta centavos hay problemas con el cambio.”
Como parte de un plan de acción para promover el uso de bolsas reutilizables, el Ministerio de wholesale football jerseys Ambiente y Espacio Público diseñó un cronograma de entrega de bolsas reutilizables desde septiembre pasado, que reforzará durante esta semana y todo enero. Las plazas, las esquinas concurridas y las puertas de supermercados son algunos de los puntos de entrega distribuidos en las 15 comunas.
Por otra parte, cheap nfl jerseys y según los resultados de una encuesta oficial realizada en julio pasado, seis de cada diez vecinos creen que el cambio es positivo. “Ocho de cada diez están dispuestos a adoptar formas no contaminantes para transportar sus compras. Y el 70% dijo que si debe comprar bolsas de residuos para tirar la basura verá desalentado su consumo excesivo”, se lee en el informe. Casi seis de cada diez ya utilizan el changuito o una bolsa propia para hacer las compras, y sólo un 36% consume bolsas plásticas.
“¿Sabés que son contaminantes?”, se preguntó. Nueve de cada diez respondieron que sí.
Límites en la provincia de Buenos Aires
De acuerdo con la ley 13.868, sancionada en 2008, la provincia de Buenos Aires sólo puede utilizar bolsas plásticas biodegradables. Aunque varios municipios impulsaron ordenanzas específicas que buscaban eliminar las bolsas “tipo camiseta” de los comercios, fueron pocos los que lo lograron.
Tornquist fue la primera ciudad cheap ray ban sungalsses bonaerense en prohibir el uso de bolsas, en 2012. Luego lo hicieron Chascomús y Rauch, en 2015. Este año, Villa Gesell creó un programa de reducción de uso de polietileno. Tres Arroyos fue otro de los municipios que lograron la ordenanza. En Tandil y La Plata se presentaron proyectos, pero aún no se aprobaron.
En esta ciudad, cinco concejales de distintos bloques presentaron el programa Bolsa Plástica Cero, para que se fije un plazo de 180 días en que se eliminen las bolsas plásticas no reutilizables.
Fuente: La Nación